4to Mercado Uruguay Musical — 2024

Por Gabriel Pla­za // Foto­gra­fías: Lucía Sil­va.

La tem­pe­ra­tu­ra está cer­ca de los cin­co gra­dos, pero sobre la ave­ni­da 18 de Julio hay una cola que sale del tea­tro Zita­rro­sa y lle­ga has­ta la esqui­na. Cathe­ri­ne Ver­gues, la nue­va reve­la­ción musi­cal de Pay­san­dú, está por cerrar ofi­cial­men­te la cuar­ta edi­ción del Mer­ca­do de la Músi­ca a sala lle­na. El públi­co se mez­cla en el hall del tea­tro. La tri­bu roc­ke­ra y psi­co­dé­li­ca que sale de ver a la ban­da Alu­ci­na­cio­nes en Fami­lia y Flor Sakeo, que toca­ron en el hora­rio más tem­prano, levan­tan­do el vol­ta­je y la tem­pe­ra­tu­ra de la sala, se cru­zan con los segui­do­res de la fol­clo­ris­ta que gus­tan de las cha­ma­rri­tas y los milongones.

Ese encuen­tro de esti­los fue par­te del espí­ri­tu de la cuar­ta edi­ción del Mer­ca­do Uru­guay Musi­cal: un mapeo de lo que suce­de en la nue­va esce­na uru­gua­ya para mos­trar­lo al públi­co local y a una trein­te­na de pro­duc­to­res, pro­gra­ma­do­res y cura­do­res, lle­ga­dos des­de Chi­le, Bra­sil, Argen­ti­na y dife­ren­tes ciu­da­des del Uruguay. 

La cuar­ta edi­ción del Mer­ca­do de Músi­ca Uru­guay Musi­cal fue una copro­duc­ción entre la Fun­da­ción Fans de la Músi­ca y la Sala Zita­rro­sa, y se desa­rro­lló entre el jue­ves 22 y el sába­do 25 de mayo, en dis­tin­tas sedes: Sala Zita­rro­sa, (núcleo de los show­ca­ses), Sala Cor­chea (lugar de con­fe­ren­cias sobre comu­ni­ca­ción, inte­li­gen­cia arti­fi­cial y pers­pec­ti­va de géne­ro), AGADU (don­de se rea­li­za­ron las ron­das de encuen­tros entre músi­cos y pro­gra­ma­do­res), Bluzz Bar (espa­cio para las noches elec­tró­ni­cas), y Café La Dia­ria (espa­cio para char­las sobre la cir­cu­la­ción de músi­ca y el perio­dis­mo musi­cal). Todas las acti­vi­da­des fue­ron libres y gratuitas.

El encuen­tro puso a la músi­ca en el cen­tro y refle­jó la diver­si­dad de esce­nas que cir­cu­lan por Mon­te­vi­deo. Tras una con­vo­ca­to­ria abier­ta y una cura­du­ría pre­via, que­da­ron selec­cio­na­dos alre­de­dor de vein­te pro­yec­tos musi­ca­les. Lo intere­san­te fue como todas esas capas sono­ras, que atra­vie­san la ciu­dad, con­flu­ye­ron en el mer­ca­do. Así en la pri­me­ra noche con­vi­vie­ron la pro­pues­ta ins­tru­men­tal de Bati­men­to Dúo, un pro­yec­to de tan­go que se afian­za en el diá­lo­go de las dos gui­ta­rras y un con­tra­ba­jo de apo­yo; las can­cio­nes sen­ti­das de acen­to pata­gó­ni­co de Cami­la War­ner y Lu Már­si­co; la pro­pues­ta ins­tru­men­tal y suge­ren­te del ensam­ble Pája­ros Kil­tros de Chi­le, la ener­gía folk de Her­ma­nas Ramun­dey, y los soni­dos y estri­bi­llos pop de Juano. 

Duran­te el día con­cen­tró la aten­ción el encuen­tro de los perio­dis­tas Belén Four­ment de El País, Igna­cio Mar­tí­nez de La Dia­ria, Kris­tel Latec­ki de la agen­da Piii­la, y Javier Alfon­so de Bús­que­da, que refle­xio­na­ron sobre el rol del perio­dis­mo musi­cal en la actua­li­dad y die­ron las cla­ves del ofi­cio en un con­tex­to del cam­bio de para­dig­ma de las redes socia­les. Por la tar­de, una char­la de ges­to­ras musi­ca­les, giró alre­de­dor de la equi­dad y los pro­yec­tos con pers­pec­ti­va de género.

Mien­tras que el cie­rre de la jor­na­da fue el debut en el mer­ca­do de las Cáp­su­las Elec­tró­ni­cas en Bluzz, una sec­ción dedi­ca­da a refle­jar a las pro­duc­to­ras muje­res que tra­ba­jan en ver­tien­tes musi­ca­les como el elec­tro­pop, los soni­dos expe­ri­men­ta­les y el géne­ro urbano. En la pri­me­ra noche sor­pren­die­ron artis­tas como Rodra, Pho­ro y Julia Inés, lle­ga­da des­de Argentina.

En el segun­do día, las acti­vi­da­des comen­za­ron tem­prano en el Café La Dia­ria, con el pai­sa­je de fon­do del Tea­tro Solís. Allí, Ceci­lia Canes­sa, direc­to­ra de la Sala Zita­rro­sa jun­to a Shei­la Bonino de la fun­da­ción Fans de la Músi­ca, habla­ron de la crea­ción de un cir­cui­to de cir­cu­la­ción musi­cal entre Bra­sil, Chi­le y Argen­ti­na. “Estos encuen­tros sir­ven para for­ta­le­cer los víncu­los entre todos estos paí­ses y gene­rar una red de cir­cu­la­ción para la músi­ca en esta región sur”, dijo Bonino. Más tar­de en la sala Cor­chea, Nico­lás Madoery, espe­cia­li­za­do en nue­vas ten­den­cias, ofre­ció una char­la sobre todas las herra­mien­tas que brin­da la Inte­li­gen­cia Arti­fi­cial y como pue­de ser apli­ca­da a la ges­tión de la músi­ca independiente.

Los con­cier­tos de media hora por la tarde/noche, fue­ron, sin duda, el cen­tro de aten­ción de los pro­gra­ma­do­res. La sofis­ti­ca­da dupla que for­ma­ron para la oca­sión Gon­za­lo Deniz y Maria Vio­la, crea­ron un cli­ma inti­mis­ta den­tro de la can­ción indie. Lue­go Los Cata­do­res de Gaz­pa­cho tra­du­je­ron la atmós­fe­ra de los años trein­ta con ese soni­do del jazz tra­di­cio­nal, al esti­lo dixie­land, como ban­da de soni­do de una pelí­cu­la muda. La can­tau­to­ra Papi­na de Pal­ma, se dejó guiar por la fres­cu­ra de sus ver­sos, el soni­do fol­kló­ri­co y pop de su ban­da y can­cio­nes que hablan de las rela­cio­nes en tiem­pos moder­nos. Mien­tras que La Ven­to­le­ra, ofre­ció esa par­ti­cu­lar mix­tu­ra entre el ensam­ble de vien­tos y la cuer­da de tam­bo­res, para crear un ori­gi­nal colla­ge entre el jazz con­tem­po­rá­neo y el can­dom­be, don­de bri­lló la ver­sión del clá­si­co “Bai­le de los morenos”.

A pesar del vien­to cru­za­do en la esqui­na del Bluzz Bar, otra de las sedes del mer­ca­do, el peque­ño reduc­to exudó trans­pi­ra­ción y bai­le. Pri­me­ro la DJ y pro­duc­to­ra Rasenk, gol­peó en el pecho con sus beats con­tun­den­tes y su flow pode­ro­so. Des­pués Ino Guri­di, con su trío de sin­te­ti­za­do­res y bate­ría, encen­dió la pis­ta de bai­le con su elec­tró­ni­ca mon­te­vi­dea­na y sus sam­plers de Jai­me Roos. La argen­ti­na Daf­ne Uso­rach mos­tró otra ver­tien­te de la can­ción digi­tal con su loop set. Mien­tras que VeRa subió los BPM mos­tran­do el soni­do dan­ce y synt­pop de los ochen­ta, reve­lan­do la duc­ti­li­dad de una esce­na digi­tal, que empie­za a ten­der puen­tes en el Río de la Plata.

En el ter­cer día del mer­ca­do de la músi­ca, los pro­gra­ma­do­res entra­ron en con­fian­za- algu­nos se cono­cían de otros encuen­tros y otros se veían por pri­me­ra vez- y empe­za­ban a pen­sar en futu­ras cola­bo­ra­cio­nes. Los artis­tas que podían tener con­tac­to con direc­to­res de fes­ti­va­les o cura­do­res de espa­cios en dife­ren­tes paí­ses, tam­bién le empe­za­ban a encon­trar el rit­mo natu­ral a los encuen­tros más dis­ten­di­dos, entre con­ver­sa­cio­nes y mates en el salón de AGADU, don­de pre­via­men­te ofre­ció una char­la sobre pro­duc­ción musi­cal el artis­ta vene­zo­lano Ranie­ro Palm.

El cie­rre del mer­ca­do en la Sala Zita­rro­sa, tuvo una de las mues­tras más inten­sas con los shows de la rape­ra Clip­per, los soni­dos urba­nos y pop de Agus­tín Casu­lo, la ver­tien­te psi­co­dé­li­ca de Alu­ci­na­cio­nes en Fami­lia (una de las pre­sen­cias más cele­bra­das por el públi­co indie que se hizo pre­sen­te en la Zita­rro­sa), y el final con Flor Sakeo, que des­car­gó un blues pesa­do y dis­tor­sio­na­do, que impre­sio­nó a los visitantes.

Pen­sa­do como una mane­ra de inter­na­cio­na­li­zar la músi­ca de Uru­guay, a tra­vés del Pro­yec­to OIMUS de la Fun­da­ción Fans de la Músi­ca, la cuar­ta edi­ción encon­tró su pun­to de equi­li­brio entre un mer­ca­do cer­cano, sóli­do y que sir­va de pla­ta­for­ma con­cre­ta para la cir­cu­la­ción de los músi­cos: en las tres edi­cio­nes ante­rio­res, más de 400 pro­yec­tos par­ti­ci­pa­ron del mer­ca­do y unos trein­ta artis­tas cir­cu­la­ron inter­na­cio­nal­men­te como La Taba­ré, La Imbai­la­ble, Se Armó Kokoa, Juan Mari­ño, Kira 1312, Die­go Jan­sen y Eli Almic, entre otros.

La esce­na final de artis­tas y pro­duc­to­res com­par­tien­do las mesas del bar clá­si­co San­ta Cata­li­na en la Ciu­dad Vie­ja defi­nió el espí­ri­tu del encuen­tro: cama­ra­de­ría y cola­bo­ra­ción en un mer­ca­do musi­cal, que defi­ni­ti­va­men­te abrió las puer­tas para la cir­cu­la­ción de la músi­ca del Uruguay.